Operación Avance: cómo un rompehielos soviético salvó a las ballenas intercaladas en hielo en la costa de los Estados Unidos

Durante la Guerra Fría, las relaciones entre la URSS y los Estados Unidos no fueron muy cálidas. La continua rivalidad militar y las diferencias ideológicas no nos permitieron hablar de ningún tipo de cooperación. La historia que sucedió en 1988 frente a la costa norte de Alaska parece aún más inusual.

El 7 de octubre de 1988, el cazador local Roy Ahmaogak descubrió ballenas grises cerca de Cape Barrow, dos individuos adultos y una ballena joven, que tenía aproximadamente 9 meses. Las ballenas grises, a pesar de su impresionante tamaño, quedaron atrapadas en un ajenjo de hielo. Esto a veces sucedió antes, por lo que Roy Ahmaogak y otros residentes locales no estaban perdidos e intentaron liberar a las ballenas. Pero con la ayuda de una motosierra y varias bombas que evitan la formación de hielo, esto no se pudo hacer.

La noticia de las ballenas atrapadas se extendió rápidamente por la zona, y los biólogos de la ciudad cercana de North Slope llegaron al lugar de la tragedia. Después de eso, el público estadounidense estaba al tanto del incidente: los informes de noticias informaban regularmente sobre el estado de las ballenas y sobre el progreso de la operación de rescate. Cada uno de los mamíferos incluso recibió su propio nombre en inuit e inglés.

Mientras tanto, una barcaza acudió en ayuda de un grupo de activistas, que supuestamente podría romper el hielo y proporcionar acceso al mar abierto. Pero, desafortunadamente, el barco, como las ballenas, fue bloqueado por espeso hielo perenne.

Pasó el tiempo, era necesario tomar algunas medidas efectivas para salvar a los animales. Y en esta situación, el Departamento de Estado de EE. UU. Pidió ayuda a la URSS, que tenía una flota atómica para romper el hielo. El liderazgo soviético envió al rompehielos Almirante Makarov y al barco Vladimir Arsenyev, que fueron asignados al puerto de Vladivostok, para ayudar a las ballenas.

Desafortunadamente, la ballena más joven no esperó la ayuda del rompehielos y murió el 21 de octubre. Y el 28 de octubre, los buques soviéticos que se acercaban al área de confinamiento de ballenas pudieron atravesar hielo de muchos metros y despejar un amplio pasaje para que los animales salgan. Al día siguiente, dos ballenas grises fueron al mar abierto, después de pasar 22 días en prisión de hielo.

Una operación internacional sin precedentes para salvar a las ballenas grises se llamó "Avance".

En el verano de 1989 en Vladivostok se abrió un monumento, hecho de un olmo de trescientos años, que representaba a tres ballenas. La escultura fue creada por iniciativa del estadounidense Timothy Duggen en agradecimiento a los marineros rusos por su ayuda en la liberación de las ballenas.

Deja Tu Comentario