Reptil perfecto: el lagarto monitor hembra no necesita machos para reproducirse

La ciencia conoce muchos ejemplos de reproducción exitosa de organismos del mismo sexo. Y estas no son necesariamente las criaturas más simples. Hoy, se conocen alrededor de 70 especies de peces, anfibios y reptiles, en cuyas poblaciones las hembras pueden producir crías sin machos. Los estudios genéticos de estas hembras han demostrado que pueden tener un conjunto de cromosomas doble, triple e incluso cuádruple, y en algunos peces incluso más grandes.

Uno de los últimos descubrimientos de científicos en esta área fueron las lagartijas de Komodo, que pudieron reproducirse de una manera tan inusual.

El lagarto de Komodo es el más grande de los lagartos existentes. Los representantes individuales de esta especie pueden crecer más de 3 metros de longitud y pesar más de 80 kilogramos. Viven en la isla de Komodo y en varias islas cercanas.

Curiosamente, la posibilidad de su reproducción entre personas del mismo sexo fue descubierta por casualidad. Dos lagartijas de Komodo, mantenidas sin machos en los zoológicos de Gran Bretaña, pusieron huevos, de los cuales los terneros normales eclosionaron de manera segura. Más tarde, se hizo evidente otro patrón: si esta descendencia es partenogenética, es decir, se produce sin la participación de un segundo padre, entonces los descendientes nacidos serán machos, si los cachorros nacen de una hembra y un macho, entonces pueden ser de cualquier género. Los científicos esperan que el descubrimiento realizado simplifique el proceso de cría de lagartijas de Komodo en cautiverio.

Las razones de este método inusual de reproducción aún se debaten. Algunos científicos creen que dicho mecanismo es de gran importancia para la supervivencia de la especie. Después de todo, incluso estando sola en aislamiento de otros parientes o no conociendo al macho a tiempo, la hembra es capaz de producir descendencia viable, además, del sexo opuesto. Este método puede dar lugar al desarrollo de una población de una sola hembra. Los opositores a esta teoría creen que este método reduce en gran medida la diversidad genética de la población, lo que finalmente conduce a su degeneración. Por lo tanto, dicha reproducción sin la participación de machos no tiene ningún beneficio para la supervivencia de la especie.

Hasta la fecha, en la naturaleza, hay alrededor de 4 mil individuos de lagartos monitores de Komodo, una cuarta parte de los cuales son hembras maduras. Hay más machos que hembras, y en la temporada de cría organizan luchas sangrientas en torneos por el derecho a dejar descendencia. Sin embargo, ni siquiera se dan cuenta de que la hembra puede continuar el género sin su participación.

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