Hiroshimitas: extraños artefactos nacidos de la llama de una bomba nuclear

Las bombas atómicas que golpearon los notorios asentamientos japoneses de Hiroshima y Nagasaki en el verano del 45 seguirán siendo para siempre una terrible tragedia para todos. Los resultados de ese ataque se reflejaron no solo en la vida de las personas, las consecuencias no pasaron por la ecología e incluso la geología. Cuando el geólogo Mario Wannier, junto con otros investigadores, llegó al país para estudiar las costas arenosas más cercanas a Hiroshima, se encontraron con partículas increíbles que parecían estar hechas de vidrio. Estaban entre la arena y representaban una variedad de formas, pero la mayoría de las veces eran pequeñas bolas.

Ya en el laboratorio, los científicos descubrieron que estas formaciones dieron lugar a la llama de esa misma explosión atómica. Como regla general, tales inclusiones se encuentran cerca de los volcanes, porque para crearlos se necesita una temperatura de aproximadamente dos mil grados. En cuanto a Hiroshima, aquí se encontraron bolas de cristal a decenas de kilómetros del epicentro de la explosión.

El hallazgo se llamó hiroshimit. Durante un análisis más detallado del contenido de las bolas, se hizo un descubrimiento terrible. Al final resultó que, los objetos de investigación consisten en partículas de caucho, metal, hormigón, sustancias orgánicas y otras cosas. En otras palabras, todo lo que estaba cerca en el momento del impacto se dispersó en las partículas más pequeñas, que estaban permanentemente pegadas y almacenadas en forma de quirosimitas.

Por cierto, también se encontraron artefactos similares junto a los antiguos sitios de pruebas nucleares estadounidenses. Se llamaron trinititas, ya que la primera prueba de bomba atómica en el planeta se llamó Trinity.

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