En Malasia, una mujer compró un huevo de balut en un restaurante, y un pollito salió del cascarón.

Elegir una mascota es un asunto responsable. Debe entenderse que debe cuidar al animal todos los días, prestarle atención y compartir constantemente la vivienda con él, independientemente de su estado de ánimo y empleo. Además, cada animal es una persona con emociones y comportamiento cambiantes. Aún más difícil en este asunto son los residentes urbanos, porque los apartamentos pequeños no son adecuados para todos nuestros hermanos menores.

Sin embargo, nuestra heroína de hoy abordó la tarea de manera creativa y logró sorprender a sus seres queridos con una solución no estándar. Hace un par de años, un residente de Kuala Lumpur, Eric Lim, trajo un patito gracioso. ¡Pero esto no es lo más sorprendente!

Una historia inusual comenzó con la compra de huevos en uno de los restaurantes asiáticos donde se servía balut. Balut es un manjar muy específico que se prepara a partir de embriones de aves. Entonces, la niña adquirió un huevo, que se suponía que era el siguiente plato, y decidió ayudar a que el pollito aún naciera.

Al llegar a casa, construyó una incubadora improvisada y puso un huevo en ella.

Sorprendentemente, unos días después, un encantador y pequeño patito salió del cascarón. El acto impulsivo de la niña terminó con una fuerte amistad, y la chica recibió el nombre de Bibit.

Hoy, Erica y su pato están tan cerca que una mujer incluso va al cine con ella.

Además, ahora un residente de Malasia tiene un suministro interminable de huevos de pato, con los que trata a su familia y amigos. El batidor lleva un huevo una vez al día.

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