Siete días de basura: un fotoproyecto que muestra el horror de una civilización del consumo.

La civilización moderna se caracteriza por una gran cantidad de generación de residuos, tanto domésticos como industriales. Este problema es especialmente grave en los países económicamente desarrollados del mundo. Los ecologistas e ingenieros están ocupados resolviendo el problema de la eliminación de desechos, pero la cantidad de basura crece cada año.

Esto se debe principalmente a la escala de consumo de bienes y servicios en la sociedad moderna. La mayoría de los desechos domésticos están compuestos por bolsas de plástico, recipientes de metal, plástico y vidrio de productos comprados, papel y cartón. Las personas están acostumbradas a la comodidad y la conveniencia y es poco probable que abandonen sus hábitos, incluso por motivos nobles. Puedes cambiar drásticamente la situación y salvar a un planeta que se ahoga con escombros limitando el consumo de plástico. Desafortunadamente, las bolsas desechables biodegradables u otros envases ecológicos solo están disponibles para un círculo reducido de consumidores.

El método de eliminación más asequible en todo el mundo sigue siendo la eliminación en vertederos. La segunda forma más popular de deshacerse de los desechos puede llamarse la construcción de incineradores. Pero este método a menudo provoca protestas de los ambientalistas y la población local: los gases de escape de tales plantas contienen un alto porcentaje de sustancias tóxicas. El gráfico muestra qué métodos de eliminación de desechos son los más populares en los países desarrollados del mundo.

Según las estadísticas, se producen 445 kg de residuos sólidos municipales por habitante de Rusia por año, en Japón - 410 kg, en Italia - 550 kg. Pero en los Estados Unidos, esta cifra es mucho mayor: 760 kg por persona.

Para mostrar el horror de la civilización del consumo, el fotógrafo estadounidense Gregg Segal (Gregg Segal) dio vida a un proyecto inusual llamado "7 días de basura". Los héroes de sus fotografías durante la semana recogieron toda la basura doméstica que se forma en su hogar, y luego Gregg realizó una sesión de fotos inusual. Estas sorprendentes imágenes, mejor que cualquier número, reflejan la catástrofe ambiental de la civilización moderna.

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